En las Afueras de la Mansión

Desde el jardín Alexander escucha la voz de Mina amplificada por el encantamiento Sonorus, sonríe de costado y mira incrédulo la casa - Esta muy equivocada si cree que puede llamarme de esa forma.... - las llamas lo consumen dejando por ultimo a sus ojos completamente rojos.

Al aparecer en el despacho de Salazar no deja hablar a su anfitriona - Mira niñata, nadie me habla así, ni en su propia casa, no sabes quien soy, ni que soy, y mucho menos hasta donde puedo llegar, respeto tus habilidades, no las desperdicies, no soy un simple mago y me molesta la gente que cree que puede dominarme o utilizarme - perdiéndose en su propia ira continua con su perorata - que a mi familia la hayan tachado de demonios desde sus inicios no significa que puedas invocarme y obligarme a obedecerte - respira profundamente tratando de no perder el control pero aun sus ojos iluminan la habitación, sin darle tiempo para contestar Alex se voltea y cierra los ojos para calmarse antes de seguir abriendo su bocota sin pensar en cuanto esta revelando de él

- Primero , tenme un nivel de respeto , no lo hize de mala gana , solo que no pienso estarlos buscando como niñitos de 5 años para que vengan , segundo , no trates de intimidarme con tus ojos rojos , estoy muy acostumbrada a verlos , a diario , yo no obligo a nadie ni a nada a servirme , no soy de esa clase de humanos , no confunda las cosas señor Black , se tanto como usted lo que es estar oprimido , y tambien lo que es rebelarse - me levante de mi asiento - no pensaba decir esto a nadie , pero dada la circustancia creo que sera necesario , no solo tu estas marcado desde los inicios como demonio , yo tambien soy uno de ellos -

- Muy bien , a lo principal , creo que debería deciros esto , ya que Mérope - la mire tranquilamente - tu necesitas saber , lo mismo usted - le dirigi una mirada inexpresiva a Alexander

- Mis padres , mis bisabuelos e incluso yo pertenecimos a esta casa - repuse con cansancio - Seres como nosotros provenimos del más profundo de lo que mucho de los mortales llaman “infierno”. Pero es más que eso. Son planos espirituales, y cada uno más oscuro y tenebroso que el otro. Yo nací dentro del mismo horror, y por derecho, me muevo entre las sombras. Verán, los demonios, al ser llamados a este plano espiritual por un mago poderoso, acudimos en manada. Debemos respeto a aquél que fue lo suficientemente astuto como para engañarnos para que estemos a su servicio, pues los demonios no somos de nadie. – había orgullo en mi voz - En este caso, Slytherin y consecuentemente, todos sus descendientes.

- El precio a pagar es alto. Es la conquista o la muerte. Fue uno de los primeros capaces de hacerlo- cabecee - de traer demonios a este mundo, como gran practicante de la Necromancia que era. Debía ofrecer seis carneros, seis corderos, siete hombres y siete mujeres como sacrificio, degollándoles y ofreciendo la sangre a Aquél Que Gobierna las Sombras, en una noche de luna nueva. Recuerdo sonoros cánticos acudiendo a mí, llevándome, envolviéndome. En cuanto cesaron, pude notar que la sangre era mi sangre, y que la oscuridad en la que tanto había residido hasta entonces, me abandonaba para dejarme expuesto a la luz de este mundo. Naturalmente, somos sombras, y mientras la sangre se evaporaba y se volvía una conmigo y mis hermanos, mientras la carne se pudría y los huesos se deshacían para sellarnos a este lugar, sentía como me arrancaban de mi propia oscuridad. – Rencor pasivo en mi voz.

- Eso nos enfureció, y nuestro instinto nos pedía a gritos la sangre del invocador, y quisimos atacarlo, pero el nos detuvo, diciendo: “Deteneos ya, espíritus malignos, y vociferen el precio a pagar por su lealtad”. Nos reímos, y contestamos que nosotros no obedecíamos a los humanos. El simplemente alzó una ceja, y amenazó con exorcizarnos. Volvimos a reír, y él trajo adelante a un niño pequeño, amarrado de pies y manos. “No servirán tus insulsos tributos para calmarnos, estúpido humano” le espetó uno de mis hermanos, pero el simplemente sonrió. Dijo que aquél niño había sido alguna vez un demonio, y que él había logrado volverlo humano, sellando su pertenencia a este plano. Nos dijo, cosa que nosotros sabíamos era cierta, “demonios como ustedes que no pertenecen aquí no encontrarán más que dolor en este plano. Si me matan, me aseguraré de que permanezcan atados aquí, por el resto de los tiempos. Estarán entre ambos lugares, sin morar ni en uno ni en otro, eternamente. Pero si aceptan mi oferta, les daré forma humana, y renacerán, como hijos de este mundo, y me servirán.” Dudamos, pues si resultaba cierto, no tendríamos que permanecer como dolorosos pasos entre ambos mundos, sufriendo eternamente. Aún así, no le creíamos, pues ¿qué prueba había de que el niño fuese un demonio?

- Entonces, fue cuando sacudió ligeramente al niño, y éste abrió los ojos. Eran rojos, completamente rojos, y de su boca comenzó a salir espuma. Espasmos lo recorrieron, y se movía incontrolablemente, gritando cosas inteligibles para nosotros. Con un simple hechizo, Slytherin logró que se calmara. Nos repitió la oferta una vez más, y decidimos aceptar. Pensábamos que realmente aquél niño era un demonio, ¿qué más podía ser? Ningún humano podría reaccionar de tal forma. Nuestra caída fue el desdén natural que sentimos por los humanos; nunca nos habíamos preocupado por estudiarlos. Pues, de haberlo hecho, hubiéramos sabido que aquél niño era simplemente un enfermo mental, que estaba a punto de morir. Pensamos igual que los muggles, que lo habían declarado un poseso por su diablo.

- Así fue como firmamos un pacto de sangre con Slytherin, y permanecimos atados a él y a su descendencia. Sin embargo, el prometió con lo dado, y nos dio una forma en este lugar, pues sino no seríamos lo suficientemente fuertes como para defender sus posesiones. A cada uno de nosotros le fueron asignados ciertos elementos, y una forma humana, que podíamos cambiar a voluntad conforme absorbiéramos más cuerpos.

- mis padres - dije terminando todo aquello - que habian logrado mezclarse con la sangre de Slytherin fueron retirados de este pacto , ya que eramos ahora sangre de Salazar , pero en consecuencia ...- bufe- mis padres decidieron un camino que no debieron : la orden del fenix - camine hacia la puerta - lo demas es algo que no importa , solo queria explicarles como esta casa fue obtenida, ahora pueden seguir con sus actividades , lamento la molestia, no os detendre ahora - sali del lugar a caminar por los pasillos

La sigue meditando hasta que decide que algo debia decirle... - Mina - la llama esperando que se detenga

Me detuve en seco y me voltee lentamente

- ¿sucede algo? - pregunte pacientemente , esperando que no me haya llamado solamente para decirme que era una arrogante y una idiota que no tenia personalidad , tenía mucho de eso y ya me encontraba harta

- no quiero chocar contigo, solo no quiero que me mal interpretes... nunca fui oprimido, jamas tuve un amo y al unico que obedeci fue a mi padre... mi familia a invocado demonios en otras epocas y no conosco el infierno aun, que me tachen de demonio no significa que lo sea... y lo de los ojos, no lo hago voluntariamente, no es para intimidar... solo que no me se llevar con la gente, mucho menos de igual a igual - la mira un segundo - pense que tu sinceridad se merecia un poco de mi parte en retribucion, se lo que es no querer hablar de lo que es uno en verdad -

- Cuando hablas de ti mismo , eres mal juzgado , por eso siempre prefiero mantenerme callada - opine haciendo un movimiento ligero con la mano - mira yo tampoco deseo chocar contigo , solo es que... tanto tiempo de estar oprimida por personas que jamas conocí me han vuetlo una persona taciturna , me ha hecho ser más salvaje de lo que por naturaleza debo ser

Decicí seguir caminando y así lo hize , antes de perderme en la oscuridad murmure

- Si algún día deseas conocer el infierno solo buscame , no vayas solo , en esta mansión nada que no sea de Slytherin obedece a nadie , es una ley absurda y desearía que asi no fueran las cosas - termine de desaparecer

Sonrie - Sera divertido pasear... - se voltea y camina tranquilamente observando el lugar -